El hipotiroidismo es una enfermedad donde se fabrica menos hormona tiroidea de la necesaria y corresponde al trastorno tiroideo más común. Ocurre con más frecuencia en mujeres y mayores de 60 años y tiende a ser hereditario.
Los síntomas más frecuentes son cansancio, fatiga, ánimo bajo, intolerancia al frío, aumento de peso (2 a 4 kg), piel seca, caída del pelo, constipación, irregularidad menstrual, entre otros.
La causa más frecuente es el origen autoinmune (o tiroiditis de Hashimoto); sin embargo, también puede deberse a cirugía tiroidea o causas congénitas.
Se requiere de la medición en sangre de las hormonas tiroideas para confirmar el diagnóstico y definir el tratamiento de reemplazo de hormona tiroidea.
En los adultos, la enfermedad autoinmune de Hashimoto es la causa más frecuente de hipotiroidismo, donde nuestro propio sistema inmune ataca la tiroides, produciendo inflamación y daño tiroideo que lleva al déficit hormonal en un plazo variable. Otras causas son el déficit de yodo, uso de yodo radioactivo, cirugía tiroidea, causas congénitas y, de forma menos frecuente, el hipotiroidismo central.
Ésta es una enfermedad de fácil tratamiento. Sin embargo, de no recibir tratamiento oportuno, puede afectar múltiples sistemas y producir anemia, elevación del colesterol, insuficiencia cardiaca, insuficiencia respiratoria y compromiso de conciencia en grado extremo llamado “coma mixedematoso”.
Para el diagnóstico, su médico debe solicitar TSH y T4 o T4 libre y en algunas ocasiones estudio de anticuerpos anti tiroideos. Estos exámenes permitirán hacer el diagnóstico de hipotiroidismo clínico, el cual siempre debe ser tratado, o de su forma leve, hipotiroidismo subclínico, el que no siempre requiere tratamiento.
El Hipotiroidismo se trata con levotiroxina que es una forma síntética de hormona tiroidea (T4). La mayoría de la veces se requiere el reemplazo de esta hormona de por vida y sus dosis deben ser ajustadas por su médico en los controles. Se debe tener especial cuidado en consumir este medicamento en ayuno y alejado de otros fármacos, particularmente calcio, fierro y antiácidos.
Si usted cambia mucho de peso, agrega fármacos nuevos, tiene planes de embarazo o está embarazada, debe hacer control precoz de su hipotiroidismo.
Es una enfermedad donde la glándula tiroides produce más hormona tiroidea de lo normal. Es poco frecuente, pero puede dar síntomas y complicaciones significativas. Entre sus manifestaciones se encuentran la baja de peso, sudoración, palpitaciones, temblor de manos, insomnio y crisis de ansiedad. Como complicaciones en los casos más graves se puede afectar el corazón (arritmias o insuficiencia cardiaca) y los huesos (osteoporosis).
Tiene diferentes causas, pero la autoinmune es la más frecuente.
El tratamiento puede ser farmacológico con drogas antitiroideas, yodo radioactivo o cirugía dependiendo de la causa y la condición del paciente.
Las causas más frecuentes de hipertiroidismo son:
El diagnóstico de Hipertiroidismo involucra la historia clínica, examen físico y exámenes de hormonas tiroideas (TSH, T4 y T3), lo que se puede complementar con otros estudios como captación de yodo, anticuerpos anti receptor de TSH (TRAb) y cintigrama tiroideo según cada caso.
El tratamiento depende de la causa, el tipo de paciente y la severidad.
Es una condición asociada principalmente al hipertiroidismo por enfermedad de Graves. En estos casos se produce inflamación de los músculos oculares, párpados y otros tejidos perioculares.
El origen de la ETO es autoinmune. El sistema inmunológico, además de atacar el tejido tiroideo, afecta los tejidos que rodean el ojo llevando al desarrollo de inflamación, hinchazón, enrojecimiento y dolor. Los pacientes notan que sus ojos se ven más “saltones”. En casos extremos puede haber alteración de la visión.
La ETO puede afectar aproximadamente al 30% de los pacientes con hipertiroidismo por enfermedad de Graves. Generalmente es leve, pero algunos pacientes pueden tener manifestaciones graves e importante actividad inflamatoria.
Lo más frecuente es que se presente en contexto de hipertiroidismo, pero puede producirse antes del desarrollo de hipertiroidismo o en pacientes hipotiroideos o con función tiroidea normal.
La ETO es la manifestación extra tiroidea más frecuente de la enfermedad de Graves. Es importante definir el nivel de actividad del compromiso ocular y la severidad, ya que ambos factores son importantes en el pronóstico y tratamiento. Para esto su médico utilizará elementos clínicos, del examen físico e imágenes oculares.
Existen algunos factores de riesgo asociados a esta enfermedad como el tabaquismo, la severidad del hipertiroidismo, los niveles de anticuerpos contra el receptor de TSH (TRAb), entre otros.
Es recomendable que estos pacientes sean vistos por un oftalmólogo experto en órbita en conjunto con su endocrinólogo para un manejo multidisciplinario. En casos de enfermedad ocular activa o severa el tratamiento de la enfermedad de Graves con yodo radioactivo está contraindicado.
La ETO puede provocar alteraciones en la salud visual pero también en la calidad de vida y autoestima de los pacientes afectados.
El tratamiento va a depender de la actividad y severidad del compromiso ocular. Entre las opciones terapéuticas se encuentran el selenio para los casos leves, glucocorticoides, anticuerpos monoclonales, terapias inmunosupresoras, cirugía, entre otros.
Durante el embarazo existe un aumento de la exigencia en el funcionamiento de la tiroides materna, debido a múltiples cambios experimentados por la mujer en este periodo y a la demanda de hormonas tiroideas por parte del feto. Por esto, es esperable que la producción de hormonas tiroideas aumente, así como también el tamaño de la glándula y los requerimientos de yodo maternos.
En el primer trimestre del embarazo prácticamente no hay función tiroidea fetal, de manera que las hormonas tiroideas que utiliza el feto son de completo origen materno. La producción de hormonas tiroideas fetales se logra en forma completa recién hacia el final del embarazo.
En este periodo tan importante para la mujer, pueden presentarse diferentes alteraciones tiroideas propias del embarazo, como la tirotoxicosis transitoria del embarazo o el hipotiroidismo gestacional; o bien, manifestarse condiciones previas asintomáticas como la autoinmunidad tiroidea y el hipo o hipertiroidismo subclínicos. A raíz de ello, el control de enfermedades diagnosticadas previamente puede modificarse y requerir ajustes de tratamiento.
El diagnostico clínico de las patologías tiroideas en el embarazo se dificulta por confusión con los síntomas propios de este estado. Por lo anterior, es fundamental el control de hormonas tiroideas en forma precoz e idealmente hacerlo cuando se está programando el embarazo.
El hipotiroidismo en el embarazo puede tener consecuencias tanto en la madre como en el niño desde su nacimiento hasta incluso su posterior desarrollo. Los efectos adversos descritos dependen de la gravedad y la duración del cuadro. Al lograr un adecuado control de las enfermedades de la tiroides en forma precoz, los resultados serán mucho mejores. Si Ud. presenta hipotiroidismo, debe tomar las siguientes consideraciones:
El hipertiroidismo en el embarazo es menos frecuente, pero si usted tiene hipertiroidismo antes de embarazarse debe tener una completa evaluación para planificar el embarazo cuando las hormonas tiroideas esten normales e idealmente la enfermedad esté en remisión.
En Chile, a todos los recién nacidos se les realiza un examen que mide la hormona tiroidea en el screening neonatal, de manera de detectar precozmente hipotiroidismo y evitar complicaciones futuras.