El cáncer de tiroides es el tumor maligno endocrinológico más frecuente. Su frecuencia ha aumentado en Chile y el mundo las últimas 3 décadas y está incluido en las patologías GES. La mayoría de los tumores corresponde a cáncer diferenciado de tiroides (papilar y folicular), que en etapas tempranas se asocia a buen pronóstico. Cerca de 2% de los cánceres corresponde al tipo medular y el 1% restante a cáncer anaplástico, que tienen un comportamiento más agresivo. La mayoría de las veces, el cáncer de tiroides se diagnostica en el contexto del estudio de un nódulo tiroideo (link a nódulo tiroideo)
Habitualmente el cáncer de tiroides está localizado en la glándula tiroidea. En cerca de un tercio de los pacientes se extiende a los ganglios del cuello, mientras que en 5% hay compromiso a distancia en órganos como pulmones y huesos.

Tradicionalmente el tratamiento del cáncer diferenciado ha consistido en la extirpación completa de la tiroides, seguida de la administración de yodo radioactivo y suplementación con dosis altas de hormona tiroidea. Sin embargo, el manejo actual se ha modificado de forma muy importante, ajustándose al riesgo individual de cada paciente. Entre algunos de los cambios destacan: