Algunos tumores de la hipófisis requieren de la realización de cirugía para su resolución. Esta cirugía en la mayoría de los casos es realizada por vía “transesfenoidal”, es decir, a través de las fosas nasales. Un neurocirujano experto es capaz de acceder a la hipófisis desde la fosa nasal mediante instrumental muy especializado, logrando extraer los tumores en un alto porcentaje de los casos. Como toda cirugía, ésta no está exenta de efectos adversos que deben ser monitorizados estrictamente en los días posteriores al procedimiento. El trabajo en conjunto por un equipo multidisciplinario son claves en el manejo óptimo de estas complicaciones.
Dentro de las complicaciones de la cirugía transesfenoidal se encuentran:
Sangrado: como todo procedimiento quirúrgico, existe el riesgo de sangrado de la región hipofisaria y nasal, por lo que se debe mantener monitorización durante los primeros días postoperatorios.
Fístula de líquido céfalo-raquídeo: en un bajo porcentaje de los casos, tras la cirugía puede permanecer una comunicación entre la región hipofisaria y nasal por lo que se puede producir escape del líquido que rodea a la glándula a través de la nariz. Esta condición puede ser tratada mediante la extracción de líquido desde la columna (drenaje espinal) o con cirugía para corregir el defecto.
Diabetes insípida: el acto quirúrgico puede provocar alteraciones en la hormona antidiurética, lo que puede llevar a un aumento en la producción de orina durante el día y la noche, y por consiguiente, deshidratación, mucha sed y aumento de los niveles de sodio en la sangre. Para identificar y controlar este efecto adverso se requiere del apoyo del endocrinólogo.
Hiponatremia: durante los días posteriores a la cirugía, puede producirse un exceso de la producción hipofisaria de hormona antidiurética, con retención de agua y disminución de los niveles de sodio en la sangre, ya que ésta se diluye. Esto puede manifestarse por dolores de cabeza intensos, mareos, náuseas, vómitos y, en casos graves, convulsiones o compromiso de conciencia. Por esta razón, todo paciente es monitorizado en sus niveles de sodio durante los días de hospitalización y una semana después del alta. Si bien su duración es de pocos días, su manejo habitualmente requiere hospitalización y apoyo del equipo de endocrinología.
Hipopituitarismo: la manipulación de la glándula puede provocar daño de las células que producen otras hormonas, por lo que es posible que en los controles posteriores se produzcan déficit de distintas hormonas que requieran el uso de fármacos para su sustitución.