La osteoporosis es una enfermedad en la cual los huesos son más frágiles y se fracturan o quiebran más frecuentemente. Quienes sufren de osteoporosis, pueden presentar fracturas en la columna, muñecas, caderas, brazos o piernas, posterior a una caída o incluso en ausencia de un golpe importante. Estas fracturas pueden producir dolor, discapacidad o incluso mortalidad por complicaciones asociadas. La osteoporosis ocurre más comúnmente en mujeres después de la menopausia y en hombres adultos mayores, pero puede verse a cualquier edad. Hoy es posible prevenir su aparición, hacer su diagnóstico antes que ocurran fracturas y dar tratamiento para evitar nuevas fracturas.

Una buena salud ósea depende de nuestra herencia genética, adecuada nutrición, hábitos saludables como evitar el tabaquismo, sedentarismo o ingesta excesiva de alcohol y de la ocurrencia de enfermedades o exposición a medicamentos que afectan al hueso. Posterior al nacimiento, nuestros huesos van definiendo su forma y aumentando su masa durante toda la etapa del crecimiento y pubertad, alcanzando al final de ésta una leve mayor cantidad en hombres que en mujeres. Luego, cuando ocurre la menopausia en éstas o bien el envejecimiento en ambos sexos, comienza una etapa de pérdida de la masa ósea y deterioro de la calidad ósea, que determina en algunas personas la ocurrencia de osteoporosis.

El diagnóstico de osteoporosis se establece cuando alguien ha presentado una fractura ósea de fragilidad o bien en el caso de mujeres después de la menopausia u hombres mayores de 50 años, cuando presentan una densitometría ósea alterada. Éste es un examen que permite fácilmente medir la cantidad de hueso y estimar el riesgo de fractura. En todo paciente con osteoporosis es necesario una evaluación médica y de laboratorio para determinar la causa de ésta y el mejor tratamiento posible. Los tratamientos disponibles permiten reducir significativamente la ocurrencia o recurrencia de fracturas óseas de fragilidad.