Es la alteración más frecuente en endocrinología ginecológica y se presenta desde la adolescencia con reglas irregulares, hirsutismo y/o acné, habiéndose descartado otras enfermedades que den síntomas parecidos, como enfermedades suprarrenales. Se debe a que los ovarios producen mas testosterona que lo normal, lo que asociado a otras señales anómalas constituyen el síndrome. Su diagnóstico se basa en la presencia de reglas irregulares desde la adolescencia, hirsutismo o acné y la presencia de ovarios poliquísticos en la ecografía ginecológica. La sola presencia de ovarios poliquísticos sin las otras dos condiciones no constituye el diagnóstico de síndrome de ovarios poliquísticos, lo que suele ser un error frecuente en clínica.
El tratamiento se basa en el uso de un anticonceptivo hormonal, eventualmente asociado a anti-andrógenos. Además, es importante corregir trastornos asociados como obesidad o resistencia insulínica. La infertilidad, que es una condición frecuente tiene tratamientos estandarizados de excelente rendimiento.
Ambos pueden deberse a un exceso de andrógenos. El hirsutismo es el exceso de pelo corporal y la virilización es un trastorno mucho mas importante que requiere derivación a un centro especializado y se caracteriza por aumento del tamaño del clítoris, alopecia androgénica, voz gruesa tipo masculina y apariencia física masculina. Entre los cuadros que producen hirsutismo están el síndrome de ovarios poliquísticos, la hiperplasia suprarrenal congénita y en el caso de virilización una serie de tumores ováricos o suprarrenales.
Existen múltiples causas de anovulación como la obesidad, prediabetes y diabetes, uso de fármacos, etc. que pueden alterar la regularidad de las reglas y que tienen tratamiento específico.
El hipotiroidismo y la hiperprolactinemia son causas frecuentes de trastornos de regla y ausencia de ellas (amenorrea). El tratamiento depende del diagnóstico especifico y suele corregir el trastorno.
Estos dos trastornos tan frecuentes en nuestro medio son causa frecuente de alteración de las reglas, y en algunos casos de acné e hirsutismo. El tratamiento es variable con anticonceptivos, dieta, fármacos que mejoran la sensibilidad a la insulina y cambios en el estilo de vida.
Esta enfermedad se caracteriza por amenorrea primaria (ausencia de reglas desde la adolescencia), talla muy baja y una serie de otras características físicas propias del síndrome. Su origen es genético y lo mas frecuente en la ausencia de uno de los 2 cromosomas X propios de la mujer. Además, puede asociarse a patología aortica, cardiaca, renal, auditiva, suelen ser infértiles por falla ovárica y pueden presentar todas las consecuencias de carecer de hormonas femeninas. Su tratamiento es la reposición hormonal y el control de las posibles patologías asociadas.
Es una patología genética que se caracteriza por ausencia de la hormona hipotalámica que controla el ciclo menstrual. No presentan nunca menstruación espontanea y la peculiaridad es que se asocian a anosmia (imposibilidad detectar olores). El tratamiento es la reposición hormonal. Estas mujeres poseen folículos en sus ovarios y puede inducírseles fertilidad.
Es un cuadro frecuente en adolescentes y mujeres jóvenes. El patrón típico de ellas es la baja voluntaria de peso a rangos críticos, el exceso de ejercicio corporal y el estrés síquico que se asocian a la perdida de las menstruaciones y a un estado de hipoestrogenismo. El tratamiento es la reposición hormonal mientras se corrige la baja de peso y el exceso de ejercicio físico.
Pueden ser por causa hipotalámica, hipofisaria, ovárica o debida a alteraciones de genitales internos. Se llama amenorrea primaria a la falta de regla a la edad de 16 años (o antes, a los 14 años en aquellas niñas que no tienen ningún indicio de inicio puberal) y amenorrea secundaria la ausencia de menstruación por más de 90 días en aquella mujer que al menos tuvo una menstruación espontánea en su vida. La falla puede estar en el hipotálamo (con en el síndrome de Kallman, ya descrito), en la hipófisis (tumores hipofisarios, aumento de prolactina, hipopituitarismo), en los ovarios (desaparición anticipada de los folículos ováricos (como en el síndrome de Turner o la falla ovárica prematura) o en los genitales internos (ausencia de útero, falla en el canal vaginal). La amenorrea secundaria puede compartir casi todas las etiologías de la amenorrea primaria, excepto que por haber tenido una menstruación espontanea se puede deducir que el útero y la vagina están presentes. El estudio hormonal es mas sofisticado y el tratamiento depende de la causa.
Se refiere a la amenorrea por agotamiento de los folículos ováricos antes de la edad de 40 años. Puede deberse a causas idiopáticas, genéticas o debido a daño ovárico por cirugía, o por quimioterapia o radioterapia en el tratamiento de un cáncer. La consecuencia más importante es la propia de la falencia hormonal prolongada desde una edad tan prematura, asociada con todas las consecuencias que ello tiene sobre la salud de la mujer y que analizaremos en el punto siguiente. Se reconoce como una condición de falencia hormonal patológica y se debe asegurar la reposición hormonal hasta al menos los 50 años, edad promedio de la menopausia fisiológica.
Se define como la fecha de la última regla espontanea en la mujer que acontece alrededor de los 50 años y que se debe a la pérdida de los folículos ováricos y la falta de producción de estrógenos. Desde esa fecha no solo se termina la fertilidad, situación que venía declinando desde los 40 años, o incluso antes, sino que se asiste a un estado de hipogonadismo (o hipoestrogenismo) indefinido que trae una serie de consecuencias deletéreas para la salud. Entre los efectos deletéreos se encuentras los bochornos y sudoraciones nocturnas que suelen alterar la calidad de vida y el sueño nocturno, la atrofia urogenital con molestias locales y dolor para tener relaciones, aceleramiento de la pérdida de hueso con el riesgo futuro de osteoporosis y fracturas, aumento progresivo de peso corporal y mayor deterioro cardiovascular y cognitivo que el propio de la edad. En la actualidad se reconoce que la terapia hormonal de la menopausia está indicada en toda mujer sintomática que tenga alteración de su calidad de vida. Mientras dure el tratamiento se puede conseguir protección ósea, cardiovascular y enlentecer el envejecimiento. Existen alternativas de tratamiento hormonal por vía oral y por vía transdérmica (parches, geles de aplicación en la piel) cuya elección depende de cada caso y de la preferencia de la mujer. También existen terapias hormonales vaginales cuando la atrofia urogenital es el único síntoma que perturba. La duración de la terapia es variable y depende de la evolución de los síntomas y de otros factores.